Mitos de la Psicología Pop
Por Vale Villa
La psicología pop está conformada por una serie de conceptos erróneos sobre la mente y la naturaleza humana. Este año, la editorial Wiley Blackwell publicó el libro de Lilienfeld, Lynn, Ruscio y Beyerstein llamado "50 Great Myths of Pop Psychology" (50 grandes mitos de la psicología pop). Les comparto un pequeño resumen del libro que aún no está traducido al español ni es posible encontrarlo en nuestro país, con una sola idea en mente: no hay que tragarse todo lo que escuchamos ni todo lo que leemos. A continuación, seis de los mitos más populares.
Mito 1: Es saludable expresar el enojo
66 por ciento de una muestra de universitarios opinó que expresar el enojo sirve para disminuirlo. El origen de esta idea es remoto; Aristóteles sostenía que ver tragedias en el teatro, ayudaba al pueblo a generar catarsis (limpieza del enojo y otras emociones negativas). La idea de que el enojo que no se expresa envenena el cuerpo y la mente es muy popular. Las investigaciones de 40 años prueban, sin embargo, que expresar el enojo, lo amplifica. Contraatacar a quien nos ha insultado y participar en deporte agresivos, aumenta el monto de hostilidad personal. La opción sería no hacer nada con el enojo, que es una emoción de corta duración y que desaparece sola. No necesitamos "hacerle" nada. Tal vez el autocontrol, esperar a que se nos pase y abandonar la escena donde se generó sean opciones más adecuadas. Tal vez somos autocomplacientes y decidimos enojarnos con algo o alguien por tiempo indefinido. Nos obligamos a seguir enojados. Los científicos que estudian las emociones destructivas dicen que la vida emocional adulta sería muy diferente si aprendiéramos desde niños a recuperarnos más rápido del enojo.
Mito 2: Los estilos de enseñanza tienen que adaptarse a los estilos de aprendizaje
De 1970 a la fecha no se ha podido comprobar que empatar el estilo de enseñanza con un tipo particular de aprendizaje realmente ayude a aprender mejor. Los estudiantes aprenden de diferente manera dependiendo de sus circunstancias como la edad, la materia que estudian, su estado de ánimo, etc.
Lo que sí se ha comprobado es que depositar expectativas altas en los estudiantes, trabajando en la motivación y en el desarrollo de habilidades para conseguirlas, sí genera mejores resultados en el aprendizaje. Es tan importante que el estudiante conozca sus habilidades como sus deficiencias. Enfrentarse con ellas, le permite aprender a compensar.
Mito 3: El pensamiento positivo cura el cáncer
Entre 40 y 65 por ciento de los sobrevivientes de cáncer creen que la enfermedad se originó por estrés. Entre 60 y el 94 por ciento piensa que libraron la lucha contra el cáncer gracias a su actitud positiva.
Sin embargo, la mayoría de los estudios no han encontrado conexión alguna entre el riesgo de padecer cáncer y el estrés y las emociones negativas. La mitología sobre el pensamiento positivo (sanar el cuerpo a través de la mente) no tiene ninguna base en la investigación. Los estudios afirman que es más útil mostrar un "realismo vigilante" en lugar de tratar de ser positivo a toda costa, negando los sentimientos de enojo y tristeza bajo una máscara de alegría falsa. Estos hallazgos cuestionan la utilidad médica de los grupos de autoayuda que no extienden la esperanza de vida del enfermo. Lo que sí pueden reforzar es una mejor calidad de vida para el paciente con cáncer. Estos pacientes pueden encontrar resguardo y alivio en el cuidado médico y psicológico de calidad, conectar con la familia y los amigos, encontrar significado y propósito y tener la certeza de que sus actitudes, emociones y experiencias estresantes, no son culpables de su enfermedad.
Mito 4: Un solo trago, es una recaída
Este es el lema de Alcohólicos Anónimos (AA) en Estados Unidos. Uno de los 12 pasos de este grupo de autoyuda es que sus miembros se reconozcan impotentes ante el alcohol. Sin embargo, 75 por ciento aproximadamente abandona al grupo los primeros tres meses. Solo 20 por ciento que se queda logra la abstinencia total del consumo de alcohol. Se ha encontrado que "beber con moderación y control" también es una alternativa, sobre todo cuando no se trata de dependencias severas, larga historia de consumo abusivo y múltiples problemas físicos y psicológicos causados por el alcohol. En estos casos, la abstinencia es lo recomendable. El consumo moderado se recomienda para quien ha fallado repetidas ocasiones en abstenerse del todo. El programa de aprendizaje para la moderación incluye conocer los propios límites, reconocer situaciones particularmente riesgosas, estrategias para consumir menos, etc.
Mito 5: Mientras más viejo, más triste
65 por ciento de los estudiantes universitarios de psicología piensan que la mayoría de los viejos están solos y aislados y otro 65 por ciento piensa que la depresión es más frecuente en viejos que en jóvenes. Esto se asocia con estereotipos culturales promovidos en revistas, películas, programas de televisión, etc. La investigación, sin embargo, muestra que las tasas de depresión son más altas entre los 25 y los 45 años de edad y el grupo más feliz ronda los 65 años. Hombres y mujeres entre los 60 y los 80 años, siguen interesados en el sexo y muchos siguen siendo sexualmente activos. Las habilidades cognoscitivas, como inteligencia general y habilidad verbal (esto es especialmente cierto entre historiadores y escritores) se conservan casi intactas si no se presentan enfermedades neurológicas.
Mito 6: Existe un curso universal para enfrentar la muerte
Todos sabemos que existen cinco etapas para enfrentar la muerte propia o la de los otros. Esta teoría la propuso la psiquiatra Kubler- Ross en los años sesenta. El orden en que se presenta la negación , el enojo, el regateo, la depresión y la aceptación puede variar. Puede no presentarse depresión ante la muerte de alguien muy querido aunque nos parezca increíble; puede tomar más tiempo del que se considera "sano" para duelear a alguien que se amó profundamente. Es decir, la forma de enfrentar la muerte que cada persona tiene es irrepetible.
Si analizamos, reflexionamos y cuestionamos las "verdades" culturalmente dominantes, vendidas masivamente a través de los medios de comunicación electrónicos e impresos, estaremos en condiciones de vivir mejor informados, derribar mitos y tomar decisiones mas concientes.
66 por ciento de una muestra de universitarios opinó que expresar el enojo sirve para disminuirlo. El origen de esta idea es remoto; Aristóteles sostenía que ver tragedias en el teatro, ayudaba al pueblo a generar catarsis (limpieza del enojo y otras emociones negativas). La idea de que el enojo que no se expresa envenena el cuerpo y la mente es muy popular. Las investigaciones de 40 años prueban, sin embargo, que expresar el enojo, lo amplifica. Contraatacar a quien nos ha insultado y participar en deporte agresivos, aumenta el monto de hostilidad personal. La opción sería no hacer nada con el enojo, que es una emoción de corta duración y que desaparece sola. No necesitamos "hacerle" nada. Tal vez el autocontrol, esperar a que se nos pase y abandonar la escena donde se generó sean opciones más adecuadas. Tal vez somos autocomplacientes y decidimos enojarnos con algo o alguien por tiempo indefinido. Nos obligamos a seguir enojados. Los científicos que estudian las emociones destructivas dicen que la vida emocional adulta sería muy diferente si aprendiéramos desde niños a recuperarnos más rápido del enojo.
Mito 2: Los estilos de enseñanza tienen que adaptarse a los estilos de aprendizaje
De 1970 a la fecha no se ha podido comprobar que empatar el estilo de enseñanza con un tipo particular de aprendizaje realmente ayude a aprender mejor. Los estudiantes aprenden de diferente manera dependiendo de sus circunstancias como la edad, la materia que estudian, su estado de ánimo, etc.
Lo que sí se ha comprobado es que depositar expectativas altas en los estudiantes, trabajando en la motivación y en el desarrollo de habilidades para conseguirlas, sí genera mejores resultados en el aprendizaje. Es tan importante que el estudiante conozca sus habilidades como sus deficiencias. Enfrentarse con ellas, le permite aprender a compensar.
Mito 3: El pensamiento positivo cura el cáncer
Entre 40 y 65 por ciento de los sobrevivientes de cáncer creen que la enfermedad se originó por estrés. Entre 60 y el 94 por ciento piensa que libraron la lucha contra el cáncer gracias a su actitud positiva.
Sin embargo, la mayoría de los estudios no han encontrado conexión alguna entre el riesgo de padecer cáncer y el estrés y las emociones negativas. La mitología sobre el pensamiento positivo (sanar el cuerpo a través de la mente) no tiene ninguna base en la investigación. Los estudios afirman que es más útil mostrar un "realismo vigilante" en lugar de tratar de ser positivo a toda costa, negando los sentimientos de enojo y tristeza bajo una máscara de alegría falsa. Estos hallazgos cuestionan la utilidad médica de los grupos de autoayuda que no extienden la esperanza de vida del enfermo. Lo que sí pueden reforzar es una mejor calidad de vida para el paciente con cáncer. Estos pacientes pueden encontrar resguardo y alivio en el cuidado médico y psicológico de calidad, conectar con la familia y los amigos, encontrar significado y propósito y tener la certeza de que sus actitudes, emociones y experiencias estresantes, no son culpables de su enfermedad.
Mito 4: Un solo trago, es una recaída
Este es el lema de Alcohólicos Anónimos (AA) en Estados Unidos. Uno de los 12 pasos de este grupo de autoyuda es que sus miembros se reconozcan impotentes ante el alcohol. Sin embargo, 75 por ciento aproximadamente abandona al grupo los primeros tres meses. Solo 20 por ciento que se queda logra la abstinencia total del consumo de alcohol. Se ha encontrado que "beber con moderación y control" también es una alternativa, sobre todo cuando no se trata de dependencias severas, larga historia de consumo abusivo y múltiples problemas físicos y psicológicos causados por el alcohol. En estos casos, la abstinencia es lo recomendable. El consumo moderado se recomienda para quien ha fallado repetidas ocasiones en abstenerse del todo. El programa de aprendizaje para la moderación incluye conocer los propios límites, reconocer situaciones particularmente riesgosas, estrategias para consumir menos, etc.
Mito 5: Mientras más viejo, más triste
65 por ciento de los estudiantes universitarios de psicología piensan que la mayoría de los viejos están solos y aislados y otro 65 por ciento piensa que la depresión es más frecuente en viejos que en jóvenes. Esto se asocia con estereotipos culturales promovidos en revistas, películas, programas de televisión, etc. La investigación, sin embargo, muestra que las tasas de depresión son más altas entre los 25 y los 45 años de edad y el grupo más feliz ronda los 65 años. Hombres y mujeres entre los 60 y los 80 años, siguen interesados en el sexo y muchos siguen siendo sexualmente activos. Las habilidades cognoscitivas, como inteligencia general y habilidad verbal (esto es especialmente cierto entre historiadores y escritores) se conservan casi intactas si no se presentan enfermedades neurológicas.
Mito 6: Existe un curso universal para enfrentar la muerte
Todos sabemos que existen cinco etapas para enfrentar la muerte propia o la de los otros. Esta teoría la propuso la psiquiatra Kubler- Ross en los años sesenta. El orden en que se presenta la negación , el enojo, el regateo, la depresión y la aceptación puede variar. Puede no presentarse depresión ante la muerte de alguien muy querido aunque nos parezca increíble; puede tomar más tiempo del que se considera "sano" para duelear a alguien que se amó profundamente. Es decir, la forma de enfrentar la muerte que cada persona tiene es irrepetible.
Si analizamos, reflexionamos y cuestionamos las "verdades" culturalmente dominantes, vendidas masivamente a través de los medios de comunicación electrónicos e impresos, estaremos en condiciones de vivir mejor informados, derribar mitos y tomar decisiones mas concientes.
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